Sus beneficios, nuestra miseria.

La lucha es el único camino.

La carestía de la vida es uno de los motivos fundamentales por el que l@s trabajador@s estamos llamad@s a acudir a las movilizaciones del 1º de Mayo.

Los precios siguen subiendo y la inflación, que no ha tenido unos valores tan altos desde 1984, cerró 2022 con un 5´8% de variación interanual. Pero la inflación subyacente, en la que el precio de los alimentos tiene mucho peso porque excluye materias primas y productos energéticos, alcanzó el 7´5%. Además, partidas básicas para las economías obreras alcanzaron subidas escandalosas: alimentos y bebidas no alcohólicas subieron un 15´7% de media en 2022, el alquiler subió un 8´4% de media (con subidas de 25´7% en Barcelona, 21% en Valencia o 11´2% en Madrid). Mientras tanto el alza salarial media fue del 2´8% en los 3.084 convenios registrados hasta diciembre de 2022, lo que significa una pérdida de poder adquisitivo salvaje para la clase trabajadora.

L@s trabajador@s estamos sufriendo las consecuencias de la Reforma Laboral del gobierno PSOE-UP y de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que ha supuesto una bajada general de salarios a través de la contratación temporal y de los contratos fijos-discontinuos, su contrato estrella.

Cerca de 3 millones de trabajador@s (el 75´3% mujeres) tienen contratos a tiempo parcial, que sigue siendo el tipo de contratación más masivo (11´3 millones de contratos en 2022). Los contratos fijos-discontinuos se dispararon, creciendo un 964% respecto a 2021. A las empresas les interesa esta modalidad porque ofrece una enorme flexibilidad y porque al tener el rótulo de “fijos” pueden beneficiarse de las subvenciones a la contratación. También permiten al Gobierno maquillar las estadísticas y computar unos 400.000 parados menos según cifras oficiales. De manera alarmante, a fecha de enero, la tasa interanual de trabajadror@s fijos despedidos por no superar el periodo de prueba se había disparado en un 400% y se habían incrementado en un 137% los despidos por causas objetivas.

La subida del Salario Mínimo Interprofesional a 1.080€ y el Ingreso Mínimo Vital no pasan de ser pequeños parches en un marco de precariedad laboral y bajos salarios. Hasta el tercer trimestre de 2022, las horas extraordinarias realizadas a la semana oscilaron entre 6´2 y 6´6 millones y según el Instituto Nacional de Estadística, entre el 43% y el 50% NO SE PAGAN.

Debemos añadir a todo esto un desempleo crónico de 3 millones de trabajador@s, la ejecución de EREs encubiertos, como el de la Administración Pública, y los despidos “por goteo”. Según el INE, el porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social ya se sitúa en el 27´8% mientras los beneficios empresariales crecieron 7 veces más que los salarios en 2022. La fortuna de los milmillonarios españoles crece desde 2020 a un ritmo de 3 millones al día.

Gobierno, patronal y sindicatos mayoritarios vienen hablando desde hace meses de un Pacto de Rentas para “repartir el coste de la inflación” que solo significaría un nuevo atraco a la clase trabajadora. L@s trabajador@s no podemos influir sobre la inflación pero sí que está en nuestra mano movilizarnos para conseguir subidas salariales según el IPC y cláusulas de revisión salarial para garantizar nuestro poder adquisitivo. Que no es pedir la Luna como nos quieren hacer creer si no simplemente quedarnos como estamos en relación al coste de la vida. También debemos exigir la derogación de la Reforma Laboral de 2022 y también de las reformas laborales de Rajoy (2012) y Zapatero (2010) que nos han llevado al escenario demiseria salarial y temporalidad que tenemos hoy. Porque reivindicamos la contratación indefinida y a tiempo completo para toda la clase trabajadora, también debemos luchar por la abolición de las ETTs y toda forma de tercerización laboral que siempre significa tercerización de derechos. Es fundamental que nos organicemos para garantizar el ejercicio de los derechos fundamentales de la clase trabajadora como es el derecho a huelga contra medidas antiobreras como los servicios mínimos que tratan de recortarlos.

Por último, es esencial que la clase trabajadora, además de movilizarse, se organice en sindicatos que no sigan la lógica del pacto social y la negociación con la patronal y el gobierno, como es el caso de la burocracia sindical de CCOO y UGT. Hacen falta sindicatos con independencia de clase, que no le rindan cuentas ni a la patronal ni al gobierno, autofinanciados y de combate, para llevar a cabo una lucha sistemática, movilizar a l@s trabajador@s, y pelear por las consignas arriba planteadas hasta las últimas consecuencias.

co.bas se enorgullece de ser uno de estos sindicatos.

Te invitamos a participar en las movilizaciones del 1º de Mayo con nosotr@s para continuar articulando la necesaria respuesta obrera ante los ataques a nuestros derechos y condiciones de vida llevados a cabo por patronal y gobiernos, sean del color que sean.