42 mujeres asesinadas, oficialmente, en lo que va de año. Basta de asesinatos machistas.

Una mujer, de 59 años de edad y nacionalidad alemana, es la última víctima de la violencia de género y machista. Ha sido asesinada este domingo por su pareja en Mallorca. El presunto agresor, un hombre de nacionalidad española que vivía con la víctima. Según el 061, el hombre le habría clavado un «elemento punzante» en el tórax y el abdomen a la mujer. El último caso a nivel estatal salió a la luz el pasado sábado cuando un hombre fue detenido en Viladecans (Barcelona) por dejar morir a su pareja tras sufrir una bajada de azúcar y grabar su agonía. 

Sin contar estos dos últimos casos, que aún se están investigando, 42 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas en lo que va de año; desde 2003, año en el que comenzaron a registrarse los crímenes machistas, 1.017 mujeres han sido asesinadas.

Estas cifras confirman la ineficacia de la política para atajar esta situación y avalan las consecuencias de los recortes en la lucha contra la violencia de género y machista, la desprotección policial, la pasividad frente a las campañas patriarcales y frente a quienes miserablemente niegan la violencia de género o la pretenden equiparar a otro tipo de violencia.

 

 

LOS RECORTES MATAN

¡BASTA DE VIOLENCIA MACHISTA!

Al imparable aumento de la violencia hacia las mujeres le acompaña el alarmante crecimiento del machismo, sobre todo en los lugares más golpeados por la crisis y entre la población más joven. 

Este es el resultado, desde que comenzó la crisis, de haber suprimido hasta la mitad el presupuesto para políticas y leyes por la igualdad. Esta es la consecuencia de la eliminación de la educación por la igualdad en la enseñanza pública, de la falta de campañas de sensibilización en la sociedad y en los medios de comunicación que frenen la desigualdad y la violencia machista, y del desajuste económico y social que está suponiendo la crisis para los sectores más humildes. 

CUANDO LA CRISIS SE PAGA CON NUESTRAS VIDAS

Desde el inicio de la crisis las políticas para la protección de las mujeres maltratadas se han sumado a la lista de responsabilidades públicas recortadas. Y de estos recortes no sólo es responsable el gobierno central, las Comunidades Autónomas, todas, y no sólo las gobernadas por el PP, han claudicado priorizando el pago de la deuda creada con los bancos.

La supuesta «recuperación» sólo es verdad para el gran capital y su séquito de especuladores. Para la clase trabajadora el panorama sigue siendo el mismo: paro masivo, bajos salarios, precariedad, pobreza, desahucios y el robo del futuro a la juventud. Y para nosotras, las mujeres trabajadoras, mayor desprotección y vulnerabilidad ante el machismo y la violencia.

La falta de recursos económicos y la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados no dejan escapar a la inmensa mayoría de las víctimas de su terrible situación. Por eso, aunque l@s expert@s afirmen que no hay un perfil único de mujer maltratada, son las mujeres de la clase trabajadora, jóvenes, inmigrantes y desempleadas las que engrosan la lista de asesinadas. La mayoría de ellas sin denuncia previa.

Si a todo esto le sumamos además el recorte en ayudas al desempleo, educación, sanidad, y atención de personas dependientes, la ecuación tiene como resultado, la muerte de decenas de mujeres (camino ya de 50, en lo que va de año).  Mujeres que, sin ánimo de exagerar, están pagando esta crisis con sus vidas.

El machismo sólo beneficia a la burguesía, ayudándola a explotarnos aún más. Las organizaciones de la clase obrera debemos ponernos a la cabeza en esta pelea por acabar con la desigualdad y la explotación que nos llevan a la miseria.

Por todo lo anterior desde el Sindicato de Comisiones de Base siempre hemos exigido y lo seguimos haciendo:

  • Recursos suficientes y eficaces para la ayuda a mujeres agredidas.
  • Inversión pública en planes de prevención y educación contra la violencia machista.
  • Garantía de empleo para las mujeres maltratadas y subsidio de desempleo mientras se les proporciona.
  • No a la reforma laboral. No a la precariedad laboral ni a los ERES y ERTES fraudulentos, que nos hacen más vulnerables.
  • No a los recortes en la Ley de Dependencia que nos responsabiliza del cuidado de ancianos y personas con discapacidad.
  • Educación, sanidad, transporte y servicios públicos de calidad. ¡No a las privatizaciones! Por un parque público de viviendas en alquiler social.
  • Prisión para especuladores y corruptos. Que devuelvan todo lo robado. Que el dinero para el rescate a los bancos se invierta en seguridad y atención a las víctimas de violencia machista.